El cisne

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19/03/09 11:34



Ahora voy a contarles alguna historia de pájaros. En el lago Budi perseguían a los cisnes con ferocidad. Se acercaban a ellos sigilosamente en los botes y luego rápido, rápido remaban. Los cisnes, como los albatros, emprenden difícilmente el vuelo, deben correr patinando sobre el agua. Levantan con dificultad sus grandes alas. Los alcanzaban y a garrotazos terminaban con ellos.


Me trajeron un cisne medio muerto. Era una de esas maravillosas aves que no he vuelto a ver en el mundo, el cisne cuello negro. Una nave de nieve con el esbelto cuello como metido en una estrecha media de seda negra. El pico anaranjado y los ojos rojos.

Esto fue cerca del mar, en Puerto Saavedra, Imperial del Sur.


Me lo entregaron casi muerto. Bañé sus heridas y le empujé pedacitos de pan y de pescado a la garganta. Todo lo devolvía. Sin embargo fue reponiéndose de sus lastimaduras, comenzó a comprender que yo era su amigo. Y yo comencé a comprender que la nostalgia lo mataba. Entonces, cargando el pesado pájaro en mis brazos por las calles, lo llevaba al río. 



Él nadaba un poco, cerca de mí. Yo quería que pescara y le indicaba las piedrecitas del fondo, las arenas por donde se deslizaban los plateados peces del sur. Pero él miraba con ojos tristes la distancia. 



Así, cada día, por más de veinte, lo llevé al río y lo traje a mi casa. El cisne era casi tan grande como yo. Una tarde estuvo más ensimismado, nadó cerca de mí, pero no se distrajo con las musarañas con que yo quería enseñarle de nuevo a pescar. Se estuvo muy quieto y lo tomé de nuevo en brazos para llevármelo a casa. Entonces, cuando lo tenía a la altura de mi pecho, sentí que se desenrollaba una cinta, algo como un brazo negro me rozaba la cara. Era su largo y ondulante cuello que caía. 



Así aprendí que los cisnes no cantan cuando mueren. 


-Pablito Neruda




Y yo me sigo acongojando cuando leo la historia como le sucedió a Neruda al sentir que: “una cinta, algo como un brazo negro me rozaba la cara. Un largo y ondulante cuello que caía…”

Neruda murió en el 1973 unos días después del terrible golpe militar de Pinochet y al año siguiente se publica este libro “Confieso que he vivido”, su obra póstuma, sus memorias.


Nace a principios de siglo en Parral (Chile) y a los 19 años publica su primer libro, pero el ya relaciona la poesía con su infancia y recuerda su primer poema dedicado a su madrastra y como su padre lo lee distraídamente y le dice: - ¿De dónde lo copiaste?. Una de sus obras más conocida “Veinte poemas de amor y una canción desesperada” lo publica en el 1924 y poco después comienza a recorrer el mundo ejerciendo su carrera diplomática.



Entre sus obras hay que destacar: Canto General, Los versos del capitán, Las uvas y el viento…. en 1971 le conceden el Premio Nobel de Literatura, cuando por la inmensa mayoría era considerado un poeta menor.



Tomado de: www.ciao.es/Confieso_que_he_vivido_Pablo_Neruda__Opinion_800353





Una observación adecuada también a este poema se relaciona con el hecho de la caida de Salvador Allende, y sobre lo cual me di cuenta hace poco tiempo, es casi tan imperceptible que muchos críticos de la obra poética suya no lo han visto o no lo nombran, tampoco se lo dirán a sus hijos en las escuelas y no se lo ha oído en las Facultades de Filosofía y Letras, ¿conocen la obra de Salvador Dalí?... Si les menciono su cuadro: “Construcción blanda con judías hervidas (Premonición de la guerra civil)”, Filadelfia, Philadelphia Museum of Art, saben de cuál les hablo?:





Comentario:
La iconografía de esta obra se compone de un cuerpo humano que presenta varios brazos y piernas, que en su delirio, se estrangulan mutuamente, aliñado con judías secas hervidas. Lo concluye 6 meses antes de comenzar la Guerra Civil española.
Representa su obsesión por las cosas que se pueden detectar a través de los 5 sentidos, en especial el gusto. La comida era un aspecto totémico.

Pues bien, tanto el cuadro de Dalí con toda su iconografía surrealista (la paranoica-crítica: sueños, premoniciones, obseciones y miedos, el inconciente en el que basa su obra pictórica) como el cisne de Neruda tiene algo en común “casi” en una època contemporánea, pero en dos continentes también paralelos en el desarrollo de las artes y las letras del siglo pasado, el cuadro de Dalí terminó siendo una premonición de la guerra civil española donde Franco se haría del poder totalitario en toda España, y el cisne de Neruda: “una cinta, algo como un brazo negro me rozaba la cara. Un largo y ondulante cuello que caía…” terminó siendo también una premonición de la caida de Chile en manos de otro totalitarismo militarizado con las consecuencias, en cada una, que todos conocemos por las heridas abiertas que aún hoy han heredado esos pueblos. La larga cinta de Chile cayó en las manos más perversas, crueles y sutilmente diplomáticas con el imperio del norte en las que pudo haber caido y engendrar hasta ahora tantas venganzas.

“… Así aprendí que los cisnes no cantan cuando mueren.“ 



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La historia de Israel tiene un caso semejante cuando rechazaron a Cristo y los crucificaron sin conocer de su venida, ni entender, ni arrepentirse de sus malas acciones, ante la voluntad de Dios que fue dicha por medio de sus profetas antes de que todo lo que aconteció se cumpliera fielmente.
También a ese pueblo se le avisó con tiempo de la venida del Mesias y su crucifixión cuando este tipo de ejecución ni existía siquiera, de su obra como Salvador, como redentor y de su reino:


………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.”   
-Is. 53.3-7 

“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” -Zac. 13.6 


“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.” -Mt. 1.23 



No podemos negar que las profecías acerca de Jesús y su crucifixión se cumplieron a cabalidad, por tanto, tampoco podemos negar que él vendrá otra vez por nosotros antes que el juicio sobre este mundo se dé con toda la ira y el furor justo de Dios sobre el pecado, la iniquidad y la injusticia que hay en él:

“Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron (murieron) en él. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 

Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” 
-1Ts. 4.14/16-17 


Cristo está por venir, no sabemos cuándo, pues solo Dios Padre sabe la hora cuando el reloj profético dé la hora en punto en la que esto debe darse. Y dicho sea de paso, la Biblia enseña que hay una recompensa “especial” para todos quienes estamos no solo esperando sino también “velando” por su venida, esto es, para quienes lo enseñamos cada ocasión que podemos, oramos por ello en cada mañana y noche, lo escudriñamos mejor en su palabra conforme a las verdades que estas encierran: velar, velar, permaneciendo despiertos entre la oscuridad e inseguridad del mundo en el que vivimos y que no entiende todo lo que está pasando, y que ya se está cumpliendo proféticamente.


Debemos estar esperando su venida, orar por ello pues es también un mandamiento antes que tengamos que huir avergonzados frente a su presencia divina el día en que se cumpla esta escritura, y no desmayemos a pesar de todo lo malo que anda el mundo ahora:

“…y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” -Mt. 24.12-13 

“Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno.” -Mt. 24.20 

“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre (Jesús) ha de venir.” 
-Mt. 25.13 





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Vencedor de la muerte

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25/03/09 08:21


En las dos ocasiones siguientes pondré los poemas correspondientes a estos mensajes al final del mismo, y de paso aclaro, son de gran importancia juntos para que todo cristiano entienda una parte de la gran valía que tenemos en Cristo y no solo para este vida sino también por la eternidad; para ello utilizaré dos de los más queridos y conocidos de un gran poeta clásico como Rubén Darío; estimo que será de mayor peso si lo hago así dada la calidad que espero lograr en estos con la palabra de Dios por delante, de modo que ahí les va:



………………………………….La Biblia dice:…………………………………… 
“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” -Jn. 1.29 


Jesús es el cordero sacrificial de Dios quien con su muerte satisfizo la demanda de la paga por el pecado que Dios exige al mundo, pues las escrituras mismas dicen que sin derramamiento de sangre no hay remisión (perdón) de pecados. Ningún hombre por sí mismo puede ir a Dios y jamás ha podido ni podrá hacerlo, ni lo hará, por más filosofías, ideales, tácticas, pronunciamientos, edictos, creencias o enseñanzas que proponga por sí mismo para ir al cielo cuando muera, nunca, nadie puede salvarse por sí mismo de la condenación eterna:

“El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” -Mr. 16.16


La Biblia no enseña la reencarnación pues no la hay, tampoco enseña que alguien pueda ir a Dios por otro nombre a no ser nuestro Señor y Salvador Jesucristo, quien tenga su esperanza en vírgenes o santos jamás irá al Padre:

“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” -Hch. 4.11-12


Los tiempos que afrontamos son difíciles, los precios de los alimentos han subido con la excusa del cierre de las carreteras hacia y desde la costa, el precio del barril del petróleo (nuestro mayor recurso) es por demás fluctuante, tener un automóvil se está volviendo cada vez más y más caro pues ya no solo tenemos que invertir en la matrícula y el mantenimiento sino también en el Soat además de un impuesto por contaminación a partir de los 1.600 cc. del motor, y la diferencia de precios (hacia el alza) de los repuestos y servicios; la crisis económica está en todos los labios y en todas las mentes de todas las personas con las que uno se encuentre; nuestro salario con respecto a la inflación no ha subido desde hace siete años y antes bien, ha disminuido por lo menos en un 15% (cálculo personal y “grosso modo” hecho).

Sin embargo, tenemos algo más grande que todo ello, algo que sobrepasa con creces todas las estadísticas de la crisis o los precios internacionales de las cosas y los alimentos, algo que nos ha sido dado en nuestro señor Jesucristo y que nadie puede arrebatárnosla de las manos: la promesa de la vida eterna obtenida por él en su muerte y su resurrección para siempre:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito (Jesús), para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” -Jn. 3.16

“Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo (Jesús), a los que quiere da vida.” -Jn. 5.21 

“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra (Jesús), y cree al que me envió (el Padre), tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” -Jn. 5.24 


El evangelio de Juan está lleno de esta promesa, la más grandiosa quizá del milagro de la salvación para quien solo crea, solo ponga su confianza en Dios y le busque como él ya lo ha establecido en las escrituras: la Santa Biblia. Tan solo por medio de Cristo, por nadie más sino por él. Mas del mismo modo también hay una advertencia a quienes no creen en el evangelio, y que es triste saber pues muchos no aceptan la verdad en palabra de Dios (no en la mía pues yo nada he escrito de estas cosas, sino Dios):

“…y no queréis venir a mí para que tengáis vida.” -Jn. 5.40 

“El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Pero hay algunos de vosotros que no creen.” -Jn. 6.63-64 

“Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.” -Jn. 8.24 

“El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.” 
-Jn. 8.47 


Debemos tener nuestra esperanza solo en Cristo, no en promesas ni en palabras de hombres o instituciones o leyes o creencias o filosofías sobretodo en tiempos difíciles, aún cuando la misma muerte nos visite y llegue a nuestras vidas o la de quienes más amamos, aún con todas las cosas malas que en verdad nadie puede negar y están pasando y, dicho sea de paso, qué mejor sería si aún la misma muerte nos diera el argumento hermoso para hablar bien de alguien que existió, o de nosotros mismos y de nuestra esperanza en el Señor, tal como el poema siguiente y por el cual conocemos a una mujer que existió (su nombre se menciona: Margarita Gautier) y que para el poeta fue tan querida e importante, también me agradaría que cuando yo muera alguien escribiera de mí algo tan bello y que ni la muerte pueda denigrar ni destruir, quizá me gustaría que dijeran que yo amaba los suficiente a mi patria que a pesar de todo nunca la abandoné, o que a pesar de “la crisis” nunca me resigné o no luché o no ayudé a levantar los corazones caidos que ahora abundan por ahí, yo que sé, yo que sé qué podría alguien hablar de bueno (y también, por qué no, de lo malo de mí):


Margarita

In memoriam... 
A G. Martínez Sierra


¿Recuerdas que querías ser una Margarita Gautier?... 
Fijo en mi mente tu extraño rostro está,
 
cuando cenamos juntos, en la primera cita,
 
en una noche alegre que nunca volverá. 

Tus labios escarlatas de púrpura maldita
 
sorbían el champaña del fino baccarat; 

tus dedos deshojaban la blanca margarita,
 
«Si... no..: si... no...» ¡y sabías que te adoraba ya! 

Después ¡oh flor de Histeria! Llorabas y reías; 

tus besos y tus lágrimas tuve en mi boca yo;
 
tus risas, tus fragancias, tus quejas eran mías. 

Y en una tarde triste de los más dulces dias,
 
la Muerte, la celosa, por ver si me querías
 
¡como a una margarita de amor te deshojó! 

-Rubén Darío, 1894





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