Tocando el corazón de Dios

44
18/01/10 17:57


………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.
Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo: Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.
Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:
Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová.
Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.” 
-2R. 20.1-6




Mamita (mi única abuelita por parte de mi mami) falleció hace muchos años atrás y tuve la oportunidad de orar por ella cuando aún se veía su respiración agitada y su semblante sereno, pero lo que quiero compartirles no tiene que ver con este sublime momento. Sucedió dos años antes cuando también parecía que nos dejaba pues estaba muy mal y lo que encontré es que le habían suministrado ya dos o tres sueros, y lo peor de todo: tenía esa mañana que regresar de mi querido Manabí a Quito, al trabajo, ¡pues se me acabaron las vacaciones!

Es la única ocasión en que he salido por el callejón, y cruzando el río, lleno de lágrimas, las que no podía aguantar sobre mi rostro; solo conseguí calmarme ya estando en el pueblo “haciéndome el fuerte” y que no lo notara nadie, incluso no encontré en el camino a quien pudiera hablar conmigo de los conocidos cosa que me pareció de lo mejor que sucediera dadas las circunstancias. Pero, para mi sorpresa... hubo alguien que sí vio esas lágrimas y se interesó por ellas, y para no alargar más la anécdota literalmente movió: Cielo y Tierra; y con lo que hizo me permitió disfrutar de mi Mamita otros dos años más antes de que se fuera definitivamente pues la muerte es algo que, quiéralo o no, la afrontamos todos tarde o temprano.

Y aquel que hizo todo ello posible es Dios mismo, en persona. A nuestro Padre celestial le conmueven tan profundamente unas sinceras lágrimas que es capaz de mover todo de nuevo, aunque ya hubiera determinado hacer algo que nos afectase profundamente y nos doliera. Por lo que les cuento sé que él es capaz de hacer mucho más de lo que nos imaginamos por cada uno de nosotros, una oración sincera, unas lágrimas sinceras... y ¡zasss!... aún la muerte no puede oponerse a su mano amorosa sobre nosotros y lastimarnos más, por más que así lo quiera...


Hagamos día a día aquello que es posible hacer para nosotros, lo IMPOSIBLE dejémoslo en las manos de aquel que puede volverlo POSIBLE para nosotros:  


“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”   -Mateo 7.7




-Alvaro 


.

Mi querida Bristol:

21
19/01/12 17:13



Antes que nacieras, oré por ti. En mi corazón yo sabía que serías un pequeño ángel. Y lo fuiste.

Cuando naciste, en el mismo día de mi cumpleaños el 7 de abril fue evidente que eras un regalo especial enviado por Dios. Pero !que regalo mas maravilloso llegaste a ser! Mas que tus hermosos balbuceos y tus mejillas rosadas, mas que el gozo indecible de que fueras nuestra primogénita, mas que ninguna otra cosa en toda la creación, me mostraste el amor de Dios, Bristol, tú me enseñaste a amar.

Por supuesto, te ame cuando eras muy delicada y linda, cuando te diste vuelta y te sentaste balbuceando tus primeras palabras. Te ame cuando sentimos el agudo dolor de saber que algo andaba mal, que tal vez no estabas desarrollándote tan rápido como los demás niños de tu edad, y también te ame cuando supimos que lo que te sucedía era mas serio que eso. Te amé cuando fuimos de médico en médico y de hospital en hospital, tratando de encontrar un diagnostico que nos diera alguna esperanza, Y, desde luego siempre oramos por ti incesantemente. Te amé cuando uno de los exámenes produjo que te extrajeran demasiado fluido espinal y te pusiste a gritar. Te amé cuando llorabas y gemías, cuando tu mamá, tus hermanas y yo íbamos por horas en el auto para ayudarte a que te pudieras dormir, Te amé, con mis ojos llenos de lagrimas cuando, confusa, te mordías involuntariamente los dedos o el labio, y cuando te pusiste bizca y luego te quedaste ciega.

Naturalmente, te amé cuando ya no podías hablar, pero !como extrañé no oír mas tu voz! Te amé cuando la escoliosis comenzó a torcer tu cuerpo como si fuera una "s", cuando pusimos un tubo dentro de tu estómago para que pudieras comer porque te ahogabas con la comida, que te dábamos por cucharadas, tardándonos hasta dos horas en cada comida. Puede amarte cuando tus miembros retorcidos me impedían que fácilmente te cambiara los pañales sucios. ¡Cuántos pañales! Diez años cambiándote panales. Bristol, incluso te amé cuando ya no podías decir las palabras que más anhelaba oír en esta vida: "Papi, te amo". Bristol, te amé cuando me sentía cerca de Dios, y cuando el parecía estar muy lejos de mi, cuando estaba lleno de fe y también cuando estaba enojado con Él.

Y la razón por la que te amé, mi Bristol, a pesar de todas estas dificultades, fue que Dios puso su amor en mi corazón. Esta es la maravillosa naturaleza del amor de Dios, que Él nos ama aún cuando estamos ciegos, sordos o torcidos, en nuestro cuerpo o en nuestro espíritu, Dios nos ama aun cuando no podemos decirle a El que también le amamos.

Mi querida Bristol, ¡ahora estas libre! Y espero ansiosamente ese día cuando, de acuerdo con las promesas de Dios, nos reuniremos contigo y con el Señor, completamente libres de imperfecciones y llenos de gozo. Estoy tan contento de que tú recibiste tu corona antes que nosotros. Un día te seguiremos, cuando Él así lo quiera.

Antes que nacieras, oré por ti. En mi corazón sabía que serías un pequeño ángel. ¡Y lo fuiste!

Te ama, papá.

-Tomado del libro: "Cuando lo que Dios hace no tiene sentido"; Dr. J. Dobson.





………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”. 
-1Jn. 4.7-8

En algún mensaje anterior explicaba cómo la Biblia no dice en parte alguna que el hombre o la mujer tengan amor en sí mismos, y por ello debemos pedir al Señor en oración que nos dé Él de su amor para poder amar a otros, especialmente a quienes no es fácil amar, o no se dejan amar, que hay muchos.
La relación de pareja más que cualquier otra necesita comprender este principio como lo comprendió cabalmente ese padre amoroso hacia su hija, en la carta adjunta, escribe:

“…me mostraste el amor de Dios, Bristol, tú me enseñaste a amar”.
……………
“Y la razón por la que te amé, mi Bristol, a pesar de todas estas dificultades, fue que Dios puso su amor en mi corazón”.

La Biblia dice del Señor que {únicamente… } “… Dios es amor”.

No nosotros. Ninguno.
Sino, cómo explicar que el Señor tenga decirle al hombre:

“Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas.   -Col. 3.19

“Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer así mismo se ama”.   -Ef. 5.28

Y a la mujer dice:

“Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene al Señor”.   -Col. 3.18

"… la mujer respete a su marido".   -Ef. 5:33

Incluso la Palabra dice de todos nosotros que:

“Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; No hay quién entienda. NO hay quién busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quién haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. 
-Ro. 3.10-12


Si acaso pretendemos amar, no seamos tan orgullosos, mejor busquémoslo entonces en la fuente: en Dios; pues solo “… Dios es amor”.




-Alvaro 

.

Tu amigo fiel

50
19/05/10 20:14


Cuando estés perdido
bajo un cielo triste y gris

y nada, nada te haga feliz,

pon tu pensamiento en mí
y nómbrame sin más,

recuerda que siempre
tendrás mi amistad.


Háblame, búscame
y al lugar que quieras iré,

a tu lado, allí estaré.


Todo lo que tienes que hacer
es sentir que no te olvidé,

soy tu amigo, sí, tu amigo fiel.


Cuando estés vencido
y en ti no encuentres paz

y al dolor te entregues por los demás,

mira dentro tuyo y allí me encontrarás,

soy esa pequeña luz de amistad.


Háblame, búscame,
y al lugar que quieras iré,

a tu lado siempre, allí estaré.


La distancia no existirá
para este cariño tan normal
soy tu amigo, sí, tu amigo.


Ya sabes que en mi alma
tienes lugar
un puerto donde llegar,
abierto para tus sueños,

tus penas y sentimientos,
y yo te lo ofrezco.


Háblame, búscame,
y al lugar que quieras iré,

a tu lado siempre, allí estaré.

Todo lo que tienes que hacer
es sentir que no te olvidé,

soy tu amigo, sí, tu amigo fiel.


-Canción (Lucerito) 





………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“Si pequé, tú me has observado,
Y no me tendrás por limpio de mi iniquidad.
Si fuere malo, ¡ay de mí!
Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza,…” - Job 10.14



Aquello que más aborrece Dios es el orgullo, en contra de este se encuentra la humildad y por consiguiente el aprender a depender completamente de él aún para dar el más pequeño de los pasos es muy importante para la vida cristiana. Y puedo decir con toda honestidad que yo mismo no he logrado llegar a tal punto, donde el ir a la derecha “concientemente” dependa de su dirección, o el ir a la izquierda de igual modo; por que en el día a día tomamos decisiones muy simples como tomar un autobus u otro, o escoger qué y a quién cumplir con una tarea determinada; algunos elegimos hace tiempo aquello a lo que dedicaríamos nuestro esfuerzo y tiempo, e incluso también por quién deseamos lograr las cosas más bellas o locas, y saber perfectamente que por esa persona especial es que aún respiramos y que existimos.

Cada día es distinto, las flores a lo largo de una avenida están abiertas, otra mañana ya no; y si bien el sol siempre sale e ilumina la tierra a veces lo hace de tonos dorados sobre la alfombra de la cordillera hacia el Antisana, otras veces como estos últimos días las cigarras de las nubes lo ocultan hasta las seis o seis y media, solo entonces asoma en su carruaje y galopa como un brinto con toda su fuerza. Y las labores de la mañana se complican a veces, en las tardes se vuelven más amenas y sencillas, pero en otra mañana y a las mismas horas las experiencias pueden ser diametralmente diferentes cuajando con otro sabor de frutas. Entonces, depender de nuestro Señor no es solo cuestión de conveniencia, sino que con el paso del tiempo y del aprendizaje en el conocimiento de sus propósitos para con cada uno de nosotros, descubrimos algo: que él no solo, y siempre que se lo permitimos, nos va llevando de la mano, sino que también se interesa profundamente en cada paso que damos: si voy a comprar lo necesario para el hogar durante esta semana o de una vez para el mes que viene, si iré a una piscina para desestresarme un poco o si en la bici intento llegar a alguna parte por la carretera o por las montañas; si quiero un helado de banano “hecho en casa” y que lo preparo temprano o mejor compro un tarrito “Pingüino” de 1 litro y con sabor a ron pasas (helado o chocolate, me derrito con eso…); y en esa simple decisión saber pedir a Dios que sea lo adecuado y bueno y perfecto para ese momento o ese estado. Lograr eso es lo que me he propuesto como meta propia hasta que termine este año, luego, cuando llegue el ruiseñor del 2016 ya será un sencillo hábito o, al menos eso intentarlo ya desde ahora.

No soy el mejor hombre que pudiera haber hoy día sobre la tierra entera, aún tengo mis temores y no pocas veces, y cuando he errado incluso con toda intención o he pecado en algo Dios ya lo ha visto a ciencia cierta; nada hay de mi corazón o mi mente que él ya no sepa y me lo descubra cual una carta abierta; entonces, digo, en ocasiones, no me atrevo ni a ponerme de rodillas y orar en la oscuridad de mi cuarto pues yo mismo me avergüenzo de no ser como esos hombres, grandes, de la Biblia: Moisés, Pablo o Bernabé, David o Felipe o José, hay tantos otros… quisiera ser solo un hombre como aquellos para Dios y no me veo lograr ni un peldaño apenas, quisiera ser un hombre “bueno” solo para él y seguirle a donde fuera sin temerle a nada, en otras soy lo suficientemente arriesgado y valiente y comprendo que aquello que vale la pena buscar debe dedicarse el tiempo y las fuerzas necesarias para mantenerlo vivo como una flor que se cultiva, se cuida con la sutil delicadeza de un relojero y se lo abriga sobre el perfil del pecho mientras calienta.

Comprender incluso que si acaso unos ojos me miran es un regalo de Dios que no se debe, ni en broma, echar por tierra… 



“Si pequé, tú me has observado,
Y no me tendrás por limpio de mi iniquidad.
Si fuere malo, ¡ay de mí!
Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza,…”





-Alvaro 



-

Un Regalo de Navidad

45
28/01/10 17:19



Cuando Ben entregó la leche en la casa de mi prima esa mañana, no mostraba su acostumbrada jovialidad. Era un día de noviembre, yo acababa de llegar junto con mi familia al vecindario y me encantaba que los lecheros aún repartieran la leche de puerta en puerta. Siempre disfrutaba de los comentarios alegres y ocurrentes de Ben, pero esa mañana era el arquetipo del abatimiento. Tuve que preguntarle qué era lo que pasaba y me dijo un poco avergonzado, que dos clientes se habían machado sin pagar; uno debiéndole $ 100.00 y el otro $ 750.00, cantidad que él se vería obligado a pagar. El cliente que le adeudaba $ 750.00, era una mujer joven y bonita que tenía seis hijos y estaba esperando otro, -me explicó.

- Siempre me decía: " Le pagaré en cuanto mi esposo consiga un segundo empleo", pero ni siquiera me dejó su nueva dirección...

Le dije que lo lamentaba mucho, no se me ocurrió ninguna otra cosa ese momento. Y en otra ocasión que lo vi estaba peor, hablaba mal de aquellos niños desaliñados que se habían bebido su leche. Lo que había sido una familia encantadora era ya una partida de bribones. Volví a expresarle mis condolencias y me quede pensando en como podría ayudarlo para que esa experiencia no amargara sus días. Entonces recordé que la NAVIDAD se aproximaba, y me vino a la mente lo que mi madre solía decir:

- "Cuando alguien quiera quitarte algo, dáselo. Así, jamás podrán robarte."

La siguiente vez que vi a Ben le dije que podía hacer algo para sentirse mejor.

- No creo que sirva, - me respondió, pero dígamelo de todos modos.

- Regálele la leche a la mujer. Considérelo un REGALO DE NAVIDAD para los niños.

- ¿Cómo me sale usted con eso?, - replicó.
Ni siquiera a mi esposa le doy un REGALO DE NAVIDAD tan caro. ¡Claro! ¡Como los $ 750.00 no son suyos!...

No insistí porque seguí creyendo que mi sugerencia era acertada, y el asunto se convirtió en motivo de broma.

- ¿Ya le regaló la leche a la mujer? - le preguntaba a Ben siempre que nos encontrábamos, y cada vez parecía que se animaba un poco más.

¡Entonces sucedió!: seis días antes de NAVIDAD, Ben llegó con una sonrisa diciéndome:

- ¡Lo hice!, le di la leche como REGALO DE NAVIDAD.
No resulto fácil, pero no tenía nada que perder. La cosa ya estaba hecha, ¿no?

- En efecto, - confirmé, compartiendo su alegría. Pero esas acciones deben hacerse de corazón…

- Lo sé. Así lo hice, - contestó. Y le aseguro que me siento mejor. Por ello tengo este BUEN SENTIMIENTO NAVIDEÑO. Gracias a mi, los niños tuvieron ¡leche abundante para su cereal!

Pasó el tiempo, las fiestas vinieron y se fueron, y una mañana de enero Ben llegó casi corriendo.

- Tengo que contarle algo asombroso, -me dijo.

Me explicó que cubriendo una ruta de reparto de otro lechero, de pronto oyó que alguien lo llamaba, al voltear vio que una mujer corría hacía él agitando unos billetes en la mano y la reconoció de inmediato, llevaba un bebé en brazos, envuelto en una cobijita blanca.

- ¡Oiga! Espere un momento Ben, - gritaba. ¡Tengo su dinero!

- Ben detuvo el camión y se bajó.

- Lo siento de veras, - se disculpó la mujer. Créame que tenia intención de pagarle.

Le contó que su esposo llegó una noche con la noticia de que había conseguido un departamento más barato y un trabajo nocturno, y con la emoción se había olvidado de dejar su nueva dirección.

- Pero he estado ahorrando. Aquí tiene: $ 100.00 a cuenta de lo que le debo.

- No se preocupe, señora, -repuso Ben, ¡ya está pagado¡

- ¿Pagado? ¿Quién pagó?

- Yo.

La mujer lo miró como si fuera un ángel, ...y rompió a llorar.

-¿Y usted que hizo?, -quise saber.

- No sabía qué hacer así que le di un fuerte abrazo, y antes de que comprendiera lo que estaba pasando, yo también me puse a llorar, sin tener la más remota idea del motivo. Entonces me imaginé a aquellos niños tomando su leche en el desayuno, ¿sabe?, y me alegré tanto de que usted me hubiera metido en esto.

- ¿No aceptó los $100.00?...

- ¡Por supuesto que no!, - me protestó indignado.
¿Qué no habíamos quedado en que LA LECHE ERA MI REGALO DE NAVIDAD?...

-Shirley Bachelder




………………………………….La Biblia dice:……………………………………
"Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Este es el primero y grande mandamiento.

Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo." -Mt. 22.36-39 







-Alvaro


.