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19/01/12
17:13
Antes
que nacieras, oré por ti. En mi corazón yo sabía que serías un pequeño ángel. Y
lo fuiste.
Cuando naciste, en el mismo día de mi cumpleaños el 7 de abril fue
evidente que eras un regalo especial enviado por Dios. Pero !que regalo mas
maravilloso llegaste a ser! Mas que tus hermosos balbuceos y tus mejillas
rosadas, mas que el gozo indecible de que fueras nuestra primogénita, mas que
ninguna otra cosa en toda la creación, me mostraste el amor de Dios, Bristol, tú
me enseñaste a amar.
Por supuesto, te ame cuando eras muy delicada y linda, cuando te diste
vuelta y te sentaste balbuceando tus primeras palabras. Te ame cuando sentimos
el agudo dolor de saber que algo andaba mal, que tal vez no estabas
desarrollándote tan rápido como los demás niños de tu edad, y también te ame
cuando supimos que lo que te sucedía era mas serio que eso. Te amé cuando
fuimos de médico en médico y de hospital en hospital, tratando de encontrar un
diagnostico que nos diera alguna esperanza, Y, desde luego siempre oramos por
ti incesantemente. Te amé cuando uno de los exámenes produjo que te extrajeran
demasiado fluido espinal y te pusiste a gritar. Te amé cuando llorabas y
gemías, cuando tu mamá, tus hermanas y yo íbamos por horas en el auto para
ayudarte a que te pudieras dormir, Te amé, con mis ojos llenos de lagrimas
cuando, confusa, te mordías involuntariamente los dedos o el labio, y cuando te
pusiste bizca y luego te quedaste ciega.
Naturalmente, te amé cuando ya no podías hablar, pero !como extrañé no
oír mas tu voz! Te amé cuando la escoliosis comenzó a torcer tu cuerpo como si
fuera una "s", cuando pusimos un tubo dentro de tu estómago para que
pudieras comer porque te ahogabas con la comida, que te dábamos por cucharadas,
tardándonos hasta dos horas en cada comida. Puede amarte cuando tus miembros
retorcidos me impedían que fácilmente te cambiara los pañales sucios. ¡Cuántos
pañales! Diez años cambiándote panales. Bristol, incluso te amé cuando ya no
podías decir las palabras que más anhelaba oír en esta vida: "Papi, te
amo". Bristol, te amé cuando me sentía cerca de Dios, y cuando el parecía
estar muy lejos de mi, cuando estaba lleno de fe y también cuando estaba
enojado con Él.
Y la razón por la que te amé, mi Bristol, a pesar de todas estas
dificultades, fue que Dios puso su amor en mi corazón. Esta es la maravillosa
naturaleza del amor de Dios, que Él nos ama aún cuando estamos ciegos, sordos o
torcidos, en nuestro cuerpo o en nuestro espíritu, Dios nos ama aun cuando no
podemos decirle a El que también le amamos.
Mi querida Bristol, ¡ahora estas libre! Y espero ansiosamente ese día
cuando, de acuerdo con las promesas de Dios, nos reuniremos contigo y con el
Señor, completamente libres de imperfecciones y llenos de gozo. Estoy tan
contento de que tú recibiste tu corona antes que nosotros. Un día te
seguiremos, cuando Él así lo quiera.
Antes que nacieras, oré
por ti. En mi corazón sabía que serías un pequeño ángel. ¡Y lo fuiste!
Te ama, papá.
-Tomado
del libro: "Cuando lo que Dios hace no tiene sentido"; Dr. J. Dobson.
………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“Amados, amémonos unos
a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha nacido de Dios y
conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”.
-1Jn. 4.7-8
En algún mensaje anterior explicaba cómo la
Biblia no dice en parte alguna que el hombre o la mujer tengan amor en sí
mismos, y por ello debemos pedir al Señor en oración que nos dé Él de su amor
para poder amar a otros, especialmente a quienes no es fácil amar, o no se
dejan amar, que hay muchos.
La relación de pareja más que cualquier otra
necesita comprender este principio como lo comprendió cabalmente ese padre
amoroso hacia su hija, en la carta adjunta, escribe:
“…me mostraste el amor de Dios, Bristol, tú me
enseñaste a amar”.
……………
“Y la razón por la que te amé, mi Bristol, a pesar
de todas estas dificultades, fue que Dios puso su amor en mi corazón”.
La Biblia dice del Señor que {únicamente… } “…
Dios es amor”.
No nosotros. Ninguno.
Sino, cómo explicar que el Señor tenga decirle al
hombre:
“Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos
con ellas. -Col. 3.19
“Así también los maridos deben amar a sus mujeres
como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer así mismo se ama”. -Ef. 5.28
Y a la mujer dice:
“Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como
conviene al Señor”. -Col. 3.18
"… la mujer respete a su marido". -Ef.
5:33
Incluso la Palabra dice de todos nosotros que:
“Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; No hay quién entienda.
NO hay quién busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No
hay quién haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”.
-Ro. 3.10-12
Si acaso pretendemos amar, no seamos tan orgullosos,
mejor busquémoslo entonces en la fuente: en Dios; pues solo “… Dios es amor”.
-Alvaro
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