"...Como si hubieras muerto"

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12/02/09 06:56
Poema 15


Me gustas cuando callas porque estás como ausente
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
Emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas porque estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


-“Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, Pablo Neruda



Una anécdota interesante:
El premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, tuvo cinco musas en realidad. Se conocían cuatro y ahora acaba de descubrirse una más: Olga Margarita Burgos, una dentista chilena cuya profesión justifica que el descubrimiento se haya dado a conocer en la revista “Cantabria Dental”, una publicación independiente de un grupo de odontólogos cántabros que se distribuye entre los integrantes del gremio en la Comunidad.
Hasta la fecha, se conocía la existencia de cuatro mujeres que habían inspirado al premio Nobel, un poeta con una vida amorosa y sentimental muy intensa. En 1954, Neruda desveló en una conferencia que el poema 20 de “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, y el epílogo: “La canción desesperada”, están dedicados a dos mujeres, a las que el poeta citó con nombres falsos: Marisol y Marisombra. Los investigadores descubrieron posteriormente que se trataba de Albertina Rosa Azócar y Teresa León Bettiens.
Posteriormente, Neruda añadió un tercer nombre: María Poredi, a quien dedicó el poema 19: “Niña morena y ágil”. Años después, se descubre una cuarta musa, Laura Arrué, con la que el poeta llegó a planear una fuga romántica.

- Textos tomados para esta anécdota de: www.larioja.com/20071026/cultura/quinta-musa-neruda-20071026.html
(Favor ver para una información más completa y porque no quiero atribuirme en mi blog estos textos ajenos a mi autoría.)




………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“…y de la manera que está establecido para los hombres que mueran sola una vez, y después de esto el juicio,… ” -Hb. 9.27

Cualquier cosa que sea importante hay que hacerla mientras se viva sobre la tierra y dentro de la vida que Dios nos ha dado, una vez que crucemos el umbral de la muerte nada de lo que haya quedado como ”buenas intenciones” ha de contar para nada, mucha gente busca en el velorio y junto a un ataud el perdón que no supo pedirlo a tiempo, o quieren decir algo que no supieron darse la ocasiòn de decirlo y quizá hasta cedieron al “que dirán” o el “què pensarán”, y no lo dijeron; otras llenan de flores el recinto mientras se da la bienvenida a quienes “recien” desean despedirse del difunto y, de paso, tampoco el muerto se entera de las “buenas intenciones” dados los tremendos gastos de una buena caja y de unas bellas flores.

Dios, en su infinita sabiduría, ha dado al hombre un tiempo prudencial bajo el cual su vida terrestre se desarrolla y dentro de él puede hacer todo lo en que su corazón desee, puede trabajar, estudiar, jugar, amar, enamorar o enamorarse, pero también puede matar, robar, mentir, destruir, y tanto cosas buenas como cosas malas van acumulándose mientras el Señor las registra todas para cuando el día del juicio se de, por fin, sobre todos los hombres, sobre cada uno de nosotros.

Cualquier cosa que se tenga que hacer el mejor tiempo de llevarlo a cabo es ahora, mañana quizá no exista la oportunidad para hacerlo: una carta que no se ha escrito, un perdón que no se pide, otro que no se ha dado, un beso que no se pide y otro que no se ha entregado, las palabras y los actos no expresados y que se la llevan solo otras “buenas intencionas”, el viaje que siempre se sueña pero nunca se cumple, el ahorro que se espera hacer pero el cual nunca se disciplina ni se proyecta, aquello que no se dijo pero se debería decir…

La vida es rica en oportunidades de cambio, de trabajo, de relacionarse, de conocer el mundo, de fe y de conocimiento, y la vida de un hombre que es verdaderamente rica es aquella que aprovecha al máximo las oportunidades que le son ofrecidas para hacer el bien, a los suyos, a sus semejantes, antes que Dios haya terminado de darnos tiempo sobre la tierra y debamos dar cuenta ante su trono de cada uno de nuestros actos.

La muerte es registrada en la Biblia tan solo como dos caminos, uno lleva a Dios padre y otro al infierno, ningún hombre o mujer que ya han muerto de sobre la faz de la tierra ha ido a ninguna otra parte, todos han ido con precisión de cirujano en su juicio, al sitio que le corresponde (“…y de la manera que está establecido para los hombres que mueran sola una vez, y después de esto el juicio,… ”), todos somos juzgados apenas cruzamos el umbral de la muerte si bien hay también un juicio final al final de los tiempos, cuando todas las cosas se cumplan, en la voluntad soberana de nuestro Dios quien todo lo hizo para su gloria. No se engañe nadie pensando que habrá “otra oportunidad” una vez se muere y se tiene que rendir cuentas de cada uno de nuestros actos, y solo Cristo puede llevarnos a la eterna y feliz presencia del Dios de los cielos, Jehová de los ejércitos, el Santo de Israel como muchas veces es citado en su palabra. Ante un Dios creador y Santo nadie podrá por sí mismo justificarse en algo y pretender entrar al cielo; solo con Jesús podremos acercarnos ese día confiadamente al trono de Dios sabiendo que nada habrá en nuestra contra, pues todo pecado habrá sido antes limpiado en la sangre bendita de nuestro Señor derramada en la cruz por los pecados ¡de todo el mundo y de todos los siglos!


La muerte no es sino la última oportunidad que un hombre tiene y el modo en que la escoje lo determinan todas sus acciones, día con día, paso con paso, decisión y decisiones; Dios padre espera que aceptemos la provisión puesta para nosotros en Cristo Jesús, Señor y Salvador nuestro, quien pagó la deuda de nuestros pecados en la cruz con su sangre preciosa, de modo que ninguna falta sea hallada en nosotros y accedamos a la vida eterna prometida en la eternidad final de su reino. Solo la sangre de Cristo puede limpiarnos y no hay otro nombre por el cual podamos llegar a Dios el día de nuestra muerte, lejos de él, el hombre toma la peor decisión al querer o pretender por sus propios argumentos salvarse:

“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. -Hch. 4.11-12 

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. -Jn. 3.16-18


Cualquier cosa ha hacerse en vida, incluso tomar el camino de la salvación en nuestro Señor Jesucristo, una vez la muerte llegue ya no existirá ninguna otra oportunidad de buscar a Dios.




Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.




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