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16/01/12
16:18
Se ha hecho
tradicional en Praga que el festival anual de primavera se cierre con la
ejecución de la Novena Sinfonía de Beethoven. En 1963 la filarmónica checa
encargó a Zubin Metha que la dirigiera en la Catedral de San Vito. Él nunca
antes había dirigido esa magna obra y ahora le tocaba hacerlo para los checos;
además sabía que eran muy exigentes.
Al observar desde la
sacristía, el director huésped vio cómo se llenaban los asientos delanteros con
funcionarios municipales y el cuerpo diplomático residente. Detrás de ellos
había unas 8.000 personas, todas de pie. Uno de los directores del festival le
susurró a Metha: “¿Le explicaron a usted que no habrá aplausos? Por tradición
no está permitido aplaudir en la iglesia”.
Todo había ido mal
durante los ensayos; para Metha conservar el aplomo aquella noche era una de
las tareas más difíciles que tenía ante sí. Pero la Novena Sinfonía, como
ninguna otra composición musical, le parecía escrita para inspirar confianza.
Cuando ya el conjunto orquestal entraba en el final Freude, Schöner
Götterfunken, el director mismo sentía algo de la “chispa divina” de la
alegría. Le hubiese gustado escuchar aplausos atronadores, pero al menos tenía
la satisfacción de saber que había superado todos los obstáculos. Había
triunfado.
Metha esperó hasta que
el público abandonara la iglesia, entonces se dirigió hasta el automóvil que lo
esperaba. Cuando el auto dobló la esquina frente a la catedral le sorprendió un
increíble espectáculo. Los 8.000 integrantes del auditorio con el cuerpo
diplomático y demás dignatarios, le estaban haciendo valla de honor a los lados
de la calle. Comenzaron a aplaudir y a ovacionarlo. Como un monarca visitante
el maestro saludó por señas a la multitud que se extendía desde el atrio de la
catedral, por una calle empinada, hasta el viejo puente sobre el río Moldau.
Mientras el coche
atravesaba el puente, el conductor mirando por el espejo retrovisor observó
algo insólito: las lágrimas rodaban por las mejillas de Metha.
-M.B. y R.Y.; tomado de revista Selecciones del Reader Digest’s, no
tengo datos de fecha.
………………………………….La Biblia dice:……………………………………
"Y ustedes
maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a
vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que
vuestras oraciones no tengan estorbo". -1Pe. 3.7
Como está escrito en el libro del Génesis, el
hombre fue creado del polvo de la tierra:
“Entonces Jehová Dios
formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida; y
fue el hombre un ser viviente”. –Gn. 2.7
“Con el sudor de tu
rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra; porque de ella fuiste
tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”. –Gn. 3.19
¿Qué vaso se rompe con más facilidad al caer de
un metro de altura a un piso de cemento: uno de porcelana o uno de vidrio?...
Considere que ella es de vidrio y USTED, como hombre!!! uno de porcelana, pues, como hombre que
es, no ha sido hecho de acero ni hierro ni granito ni diamante o materiales
semejantes, es solo de carne y hueso que debe afrontar el día a día con toda
honradez, valentía y perseverancia.
Todo esto significa simplemente que si la mujer
es frágil y usted como hombre (más fuerte que es…) bien puede lastimarla con
facilidad, usted tampoco debe olvidar nunca lo delicado que es en su contextura
física y espiritual, recuerde que si la palabra dice, y cito: "Y ustedes maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando
honor a la mujer como a vaso más frágil, …”, se
entiende por tanto que hay una comparación aquí entre DOS VASOS FRÁGILES, ¿lo
ve?, ¿lo entiende ahora?...
Como hombre usted es UN
VASO FRÁGIL (en el ejemplo, el de porcelana); y como mujer, ella es el OTRO VASO,
el “MÁS” FRÁGIL (en el ejemplo, el de vidrio).
¿Ha sido testigo en
alguna ocasión de cuando un hombre acaba llorando por un incidente grave
ocurrido en su vida? Lo he visto igualmente, y también he llorado en ocasiones,
además la Santa Biblia cita algunos grandes guerreros de la fe llorando en
situaciones que afrontaron y nos las cuentan: David muchas veces, Pablo en
otras tantas, José en tierra de Egipto como esclavo y aun como "segundo al
mando tras el faraón" al descubrirse ante los malos hermanos que lo vendieron años antes..., en ambas posiciones tuvo que llorar, ...y mucho!
Los hombres fuimos
hechos del polvo de la tierra, nada más, nada menos, por tanto nunca seamos tan
pretenciosos, tratemos a la mujer como el vaso MÁS frágil que ella es, y usted,
mujer, trate también a su esposo como si fuera hecho no de polvo sino más bien
de azúcar, no de carne simplemente sino de helado, no de hueso duro como sus
palabras sino de chocolate, aprenda a tener consideración con su esposo; que,
al fin de cuentas, el AMOR es el vínculo perfecto, solo en él se logran ver así
las cosas; acaso se olvida que Dios mismo nos ama aún siendo pecadores e
indignos de llamarnos sus hijos o de ir al cielo?...
“Mas Dios muestra su
amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros”. -Ro. 5:8
“ Y sobre todas estas
cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto”. -Col: 3.14
“Amémonos los unos a
los otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama, ha nacido de Dios y
conoce a Dios; quien no ama no ha conocido a Dios”. -1Jn. 4.7-8
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