¡La quiero a morir!


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29/04/11 07:26 


"Y yo que hasta ayer solo fui un holgazán
y hoy soy el guardián de sus sueños de amor…
la quiero a morir.

Conoce bien cada guerra,
cada herida, cada sed,
conoce bien cada guerra
de la vida y del amor también.

Ella borra las horas de cada reloj
y me enseña a pintar transparente el dolor
con su sonrisa;
y levanta una torre desde el cielo hasta aquí,
y me cose unas alas y me ayuda a subir
a toda prisa, a toda prisa,
la quiero a morir.

Conoce bien cada guerra,
cada herida, cada sed,
conoce bien cada guerra
de la vida y del amor también.

Me dibuja un paisaje y me lo hace vivir,
en un bosque de lápiz se apodera de mí;
la quiero a morir.

Y me atrapa en un lazo que no aprieta jamás
como un hilo de seda que no puedo soltar;
no quiero soltar, no quiero soltar,
la quiero a morir.

Cuando trepo a sus ojos me enfrento al mar,
dos espejos de agua encerrado en cristal,
la quiero a morir.


Solo puedo sentarme, solo puedo charlar,
solo puedo enredarme, solo puedo aceptar
ser sólo suyo, ser sólo suyo;
la quiero a morir.

Conoce bien cada guerra,
cada herida, cada sed,
conoce bien cada guerra
de la vida y del amor también.

Y yo que hasta ayer solo fui un holgazán
y hoy soy el guardián de sus sueños de amor…
la quiero a morir.

Podéis destrozar todo aquello que véis
porque ella de un soplo lo vuelve a crear
como si nada, como si nada;
¡la quiero a morir!... "


-Francis Cabrel en su álbum: “Algo más de amor” (1.998)





………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre”. –Génesis. 2.22

“Porque el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre; …”. -1Corintios. 11.8




Quizá lo más hermoso e impresionante de la creación de Dios está en el detalle de cómo Él hizo a los seres humanos como la cúspide de su obra final. No solo los hizo a “su imagen y semejanza” (en otras palabras, no descendemos de ningún mono, sino de la forma y del ser de Dios mismo), sino que además nos da una lección de cómo trajo a la existencia a la mujer y que el hombre lo comprendiera a cabalidad:

1)    Dios la hizo de una costilla mientras él dormía, es decir, nadie debería preocuparse con quién se ha de casar algún día pues es el mismo Señor de la creación quien ya tiene la pareja perfecta para aquel hombre que se entrega de lleno a su voluntad (…hizo una mujer, y la trajo al hombre; …), un varón de Dios no tiene que preocuparse, recuerde incluso el pasaje donde Jesús dormía mientras los discípulos estaban aterrorizados pensando que la barca se hundía y por ello les recriminó su poca o escasa fe en el Dios que nos cuida:

“Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?”. -Mateo 23-27


Jesús confió en su Padre celestial, de igual modo podemos “dormir”, es decir, descansar nuestras preocupaciones e inquietudes en Él, no estar pensando quién o dónde buscar la pareja que necesitamos y en el tiempo que fuera, Dios ya lo tienen todo planificado, confíe solamente y exclusivamente en Él.


2)    Por otro lado, el hecho de que Dios hizo la mujer del costado de un hombre logra el efecto de que al llegar un varón a la edad adulta le haga falta algún momento la compañía de una mujer, y la hizo de tal manera que la sacó de un lugar muy cerca de su corazón. No así cuando niños no sentimos tal necesidad, porque no fue de un niño que el Señor la formó sino del primer Hombre, es decir, de Adán, quien nunca fue ni experimentó el ser niño ya que la relación de pareja requiere madurez en todo sentido y razón.


3)    Nuestro Creador solo hizo UNA mujer del costado de Adán (no dos ni tres, o más…), por ello el matrimonio también debe ser con solo una mujer y hasta que la muerte los separe, pues Dios también aborrece el divorcio que la humanidad se da el lujo de practicarla de continuo y sin reparo alguno, la gente se vuelve a casar a cada momento y apenas se cansan de algo que no les gustó de su pareja (la cual ¡ellos mismos escogieron!). 
En otras palabras, Jesús nunca aprobará ni bendecirá ningún segundo matrimonio, ni la Biblia hace tal cosa (a no ser por algún tipo de adulterio o fornicación sexual o el abandono; véase Mateo 5.32). Nadie debería culpar a Dios si escogió por propia cuenta el compañero o compañera equivocados, si sufrieron en tal compañía fue por su propia decisión, pues de seguro lo hicieron lejos de su voluntad y su propósito y por su propia concupiscencia, nunca oraron para pedir el esposo indicado: 

"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?".   -2Corintios 6.14-15 

“Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer (o el hombre) de vuestra juventud. Porque Jehová Dios…ha dicho que él aborrece el repudio (divorcio)”. 
-Malaquías 2.15b, 16ª


Una persona que se vuelve a casar es un incrédulo e impío (repito: a no ser por algún tipo de adulterio o fornicación sexual o el abandono...); no es un "hijo de Dios" o "cristiano" por más que diga ser eso, recuerde lo que Jesús mismo indica claramente sobre esto: 

“Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.   -Mateo 7.20-21 


4)    La sacó cerca de su corazón para que la cuidase. Ningún hombre en sus cabales atentaría contra su propio corazón con una puñalada, sino antes bien, lo cuidaría (“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.  -Proverbios 4.23); del mismo modo un varón que en verdad ama a su mujer la cuida en todo lo que puede y la sustenta, la anima a cumplir sus sueños y logra que ella sea feliz con las cosas que a ella (y no solo a él) más le agradan. Si amas a alguien te amas a ti mismo, si cuidas tu corazón cuidas el de tu compañera, si laten al mismo ritmo y tono puedes cantarle esta canción todas las veces que quieras sabiendo que es real cada palabra:




“Cuando trepo a sus ojos me enfrento al mar,
Dos espejos de agua encerrada en cristal,
La quiero a morir.
Solo puedo sentarme, solo puedo charlar,
solo puedo enredarme, solo puedo aceptar
Ser sólo suyo, sólo suyo,
¡La quiero a morir! …”







-Alvaro Rojas 



http://www.davidabisagministerios.blogspot.com/





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