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18/01/10 17:57
………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“En
aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías
hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no
vivirás.
Entonces
él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo: Te ruego, oh Jehová, te
ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro
corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran
lloro.
Y
antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a
Isaías, diciendo:
Vuelve,
y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu
padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano;
al tercer día subirás a la casa de Jehová.
Y
añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del
rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David
mi siervo.”
-2R. 20.1-6
Mamita (mi única abuelita por parte de mi mami) falleció hace muchos
años atrás y tuve la oportunidad de orar por ella cuando aún se veía su
respiración agitada y su semblante sereno, pero lo que quiero compartirles no
tiene que ver con este sublime momento. Sucedió dos años antes cuando también parecía
que nos dejaba pues estaba muy mal y lo que encontré es que le habían
suministrado ya dos o tres sueros, y lo peor de todo: tenía esa mañana que
regresar de mi querido Manabí a Quito, al trabajo, ¡pues se me acabaron las
vacaciones!
Es la única ocasión en que he salido por el
callejón, y cruzando el río, lleno de lágrimas, las que no podía aguantar sobre
mi rostro; solo conseguí calmarme ya estando en el pueblo “haciéndome el
fuerte” y que no lo notara nadie, incluso no encontré en el camino a quien
pudiera hablar conmigo de los conocidos cosa que me pareció de lo mejor que
sucediera dadas las circunstancias. Pero, para mi sorpresa... hubo alguien que sí
vio esas lágrimas y se interesó por ellas, y para no alargar más la
anécdota literalmente movió: Cielo y Tierra; y con lo que hizo me permitió
disfrutar de mi Mamita otros dos años más antes de que se fuera
definitivamente pues la muerte es algo que, quiéralo o no, la afrontamos todos
tarde o temprano.
Y aquel que hizo todo ello posible es Dios mismo,
en persona. A nuestro Padre celestial le conmueven tan profundamente unas
sinceras lágrimas que es capaz de mover todo de nuevo, aunque ya hubiera
determinado hacer algo que nos afectase profundamente y nos doliera. Por lo que
les cuento sé que él es capaz de hacer mucho más de lo que nos imaginamos por
cada uno de nosotros, una oración sincera, unas lágrimas sinceras... y
¡zasss!... aún la muerte no puede oponerse a su mano amorosa sobre nosotros y
lastimarnos más, por más que así lo quiera...
Hagamos día a día aquello que es posible hacer
para nosotros, lo IMPOSIBLE dejémoslo en las manos de aquel que puede
volverlo POSIBLE para nosotros:
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca,
halla; y al que llama, se le abrirá.” -Mateo 7.7
-Alvaro
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