La maravillosa historia de una cenicienta bíblica: Rut (2


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08/05/09 08:59

Tú me quieres blanca

 

Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada.

Ni un rayo de luna
filtrado me haya,

ni una margarita

se diga mi hermana;

tú me quieres blanca,

tú me quieres nívea,

tú me quieres casta.

Tú, que hubiste todas

las copas a mano,
de frutos y mieles

los labios morados.

Tú, que en el banquete

cubierto de pámpanos

dejaste las carnes

festejando a Baco.


Tú que en los jardines

negros del Engaño

vestido de rojo

corriste al Estrago.
Tú, que el esqueleto

conservas intacto

no sé todavía

por cuáles milagros,


me pretendes blanca

(Dios te lo perdone)

me pretendes casta

(Dios te lo perdone)

me pretendes alba.

Huye hacia los bosques;

vete a la montaña;

límpiate la boca;

vive en las cabañas;

toca con las manos

la tierra mojada;

alimenta el cuerpo

con raíz amarga;

bebe de las rocas;

duerme sobre escarcha;

renueva tejidos

con salitre y agua;
habla con los pájaros

y lávate al alba.


Y cuando las carnes

te sean tornadas,

y cuando hayas puesto

en ellas el alma

que por las alcobas

se quedó enredada,

entonces, buen hombre,

preténdeme blanca,

preténdeme nívea,

preténdeme casta.


-Alfonsina Storni

 

 

El 20 de mayo de 1935 Alfonsina fue operada de un cáncer de mama. La mastectomía le deja grandes cicatrices físicas y emocionales. Siempre había sufrido de depresión, paranoia y ataques de nervios, pero ahora los síntomas de enfermedad mental se recrudecen. Se vuelve recluida y evita a sus amistades.

 

En 1937 se suicida Horacio Quiroga y ella le dedica un poema de versos conmovedores y que presagian su propio final:

 

“Morir como tú, Horacio, en tus cabales,

Y así como en tus cuentos, no está mal;

Un rayo a tiempo y se acabó la feria...

Allá dirán.

Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte

Que a las espaldas va.

Bebiste bien, que luego sonreías...

Allá dirán.”

 

1938 fue el año de incertidumbres y temor por la renuencia de la enfermedad: Alfonsina padece cáncer terminal. En octubre viaja a Mar del Plata. Desde allí, envía dos cartas: una a su hijo, Alejandro, y un "Poema de despedida" al diario La Nación:

 

“Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme puestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara a la cabecera, una constelación, la que te guste, todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes, te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que te olvides. Gracias... Ah, un encargo, si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido..."

 

Hacia la una de la madrugada del martes veinticinco Alfonsina abandonó su habitación y se dirigió al mar. Esa mañana, dos obreros descubrieron el cadáver en la playa. Aunque los biógrafos aseguran que saltó al agua desde una escollera, la leyenda es que se internó lentamente en el mar.

 

-Tomado de Wikipedia 

 

 

Puedes también hallar interesante su obra en:


 

 

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Ruth: La maravillosa historia de la “cenicienta” bíblica. (2)

 

Capítulo 1

 

“Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan. Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.

 

Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo. Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron, y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo.

Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos? Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.

 

Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella.
Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella. Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos. Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.

 

Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí? Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?

 

Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada. ” -Rt. 1.6-22

 

 

Luego que Noemí se hubo quedado sola con sus dos nueras (muertos su esposo y sus dos hijos), decide regresar a Judá oyendo de los hombres que la época de hambre ya había pasado y la prosperidad volvía a su tierra. Algunos puntos son interesantes en esta parte del relato bíblico y lo desmenuzamos:

 

Primero,

El tremendo mal consejo de Noemí a sus nueras cuando les pide que vuelvan a sus prácticas idólatras y lejos del único Dios verdadero, nuestro Señor y Santo de Israel: Jehová de los ejércitos es su nombre por siempre. ¡A él sean dadas toda la honra y toda la gloria!

¿Se puede imaginar alguien tan perdido de la sana doctrina del evangelio como lo estaba Noemí?...:

 

“…He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.”

 

Segundo,

Le echa la culpa de sus males a Dios cuando todo terminó como simple producto de un conjunto de muy malas decisiones:

 

“… que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.” “No me llaméis Noemí (Amable, Placentera), sino llamadme Mara (esto es, amarga); porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?”

 

Tercero,

La declaración que determinó TODO el destino de Ruth:

 

“No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. TU pueblo será MI pueblo, y TU Dios MI Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.”

 

Esto resulta aleccionador para nosotros que “decimos confiar en Dios”. En realidad, ¿confiamos en él en medio de nuestras propias adversidades, la crisis económica o política o ideológica que pudiera darse? ¿Confiamos en sus promesas? ¿Confiamos que tendremos lo necesario para nuestra vida diaria y la de nuestra familia? ¿Confiamos en verdad que de su mano se harán realidad nuestros mayores y mejores sueños?...

 

Esta sencilla declaración de Ruth la llevó de la desesperanza y el dolor de la viudez a la esperanza y la alegría, del no pertenecer y no ser parte de la protección de Dios a ser una antecesora directa de nuestro Señor Jesucristo y dentro del pueblo de Dios.

 

Dios es un Dios que se preocupa profunda y sinceramente por quienes lo aman, él no se desentiende de nadie, ni siquiera de aquellos que no lo buscan en su vida diaria y que lo ignoran en todas sus decisiones y pasos. Dios es un Dios que busca relacionarse con cada uno de nosotros como si solo UNO de nosotros existiera sobre el universo, como si nadie más hubiera, como si el mundo estuviera y se lo hallara desierto… Dios es un Dios que sufre por nuestras malas prácticas y hábitos en los que nuestro propio pecado nos denigra y nos destruye, y el mundo y el diablo con sus artimañas sutiles y “aparentemente” inofensivas, buscan solo hacernos “uno más del montón” en estos días en que cada cual se va perdiendo…

 

Cuarto,

Cuando Ruth dijo lo que dijo, cambió su vida para siempre, su confianza ya estaba bien cimentada en el Dios de la Biblia, tanto es así de impactante el cambio que podemos darnos cuenta en el último versículo del primer capítulo de este libro, la declaración es contundente para cualquier “desesperanzado que crea que Dios no se preocupa por nadie”:

 

“Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada. ”

 

¿Lo ve?... ¿Lo puede ver bien?: llegaron justo “al comienzo de la siega de la cebada”, es decir, justo a tiempo para aprovechar la cosecha de aquellos israelitas que podían darles trabajo recogiendo el grano y espigando entre las gavillas. Todas las bendiciones y su profundo cambio de vida comenzaron en la dureza de las tareas del campo tras los segadores.

 

Como cristianos, muchas veces, pensamos ser tan especiales y privilegiados ante los ojos de Dios y de los hombres que no entendemos cuando esas mismas bendiciones que anhelamos nos llegan, sobretodo para empezar, de maneras muy sacrificadas, difíciles y duras. Pregunta: el arroz que nos servimos y disfrutamos día a día en nuestra mesa, vino así, solito, sin ninguna complicación ni trabajo ¿y se puso por sí mismo en nuestro plato?... ¿Cuándo entenderemos que Dios es soberano y él conoce la mejor manera de prepararnos para ser hallados dignos de ir a su presencia?... ¿Por qué, si algo nos va mal o resulta duro de trabajarlo en la iglesia, pensamos que Dios ya no está con nosotros, o su Espíritu Santo, o sus bendiciones y sus promesas ya no creemos que serán para nosotros?...

 

Antes de continuar más adelante, en su camino “cristiano” ¿no será mejor que comience por espigar su propio campo primero?... ¿Ha obedecido lo que debe haber obedecido? ¿Se ha bautizado? ¿Ha procurado bautizar a su esposa y bautizar a sus hijos? ¿Escudriña su Biblia a diario? ¿Busca a Dios en las oraciones (tantas como pueda) que resulten ser necesarias?... ¿Por qué tiene Dios que bendecirle, si no ha obedecido en lo que ya conoce de su palabra?... Solo cuando acepte con humildad las tareas de campo que le sean impuestas, estará usted listo para las de mando y de liderazgo que le sean delegadas. Solo cuando aprenda a estar sujeto bajo autoridad, estará listo para ejercer autoridad sobre los hombres.

 

Ruth comenzó de la mano de Dios recogiendo ¡todo el día!, y con su corazón desecho por la viudez, los granos que no alcanzaban a recoger los segadores, y Dios transformó su vida ¡para siempre! de una forma maravillosa…

 

“...y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.”



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