La bella historia de "Para Elisa"

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11/06/09 09:57


En cierta ocasión, Ludwing Van Beethoven fue invitado a una reunión en donde se encontraban varios chiquillos de diferentes edades, los cuales retozaban sin parar; le llamó mucho la atención una hermosa niña de nombre Elisa la que, al ser informada de quién era el maestro, se le acercó y comentó que también ella era artista, pues ya tocaba algunas piezas al piano; esto cayó muy en gracia a Beethoven y, antes de retirarse, le pidió le tocase algo al piano.

La niña con toda alegría interpretó obras de varios compositores, pero cuando Beethoven le solicitó que tocase alguna de sus sonatas ella con toda pena explicó que le gustaban mucho, pero que eran muy difíciles, por lo que el maestro le prometió que haría una pieza mucho más sencilla, para que fuese tocada por ella al piano.

Ése fue el motivo por el que compuso una de las obras más conocidas y gustadas por los jóvenes pianistas de todo el mundo, la que tituló "Para Elisa" y a la que agregó el subtítulo "Recuerdos del 27 de abril de 1808".

"Para Elisa" no es mencionada en los catálogos de composiciones beethovenianas, ni tampoco en el catálogo de Lenz, que es muy meticuloso, pero aseguran sus estudiosos que no hay dudas con respecto a la autenticidad de esa hermosa página musical que el gran maestro de Bonn concibiera en una fiesta para niños. 

-Artículo tomado de: canto.elbajio.com/canto/paraElisa.html
Comentario de Kurt Groenewolf citado en la revista "Ángulos" de junio'94, pág. 29




………………………………….La Biblia dice:……………………………………
"Antes bien, como está escrito: 
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
 ni han subido en corazón de hombre, 
son las que Dios ha preparado para los que le aman.” -1Co. 2.9


“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí" -Jn. 5.39 



Dios nos ha dado un maravilloso regalo, lo ha cuidado desde aquellos tiempos memorables de los días de su creación y su buena voluntad para con nosotros es claramente manifiesta, nos habla, nos cuida, nos busca, nos persuade de seguir el bien y desechar lo malo que encontramos en el sendero de nuestras vidas. Consiste en un regalo con el cual nos da a conocer no solo cosas de las cuales no pudimos en forma alguna ser testigos, sino también de aspectos maravillosos en promesas por cumplirse en el corazón, la mente, el alma e incluso el cuerpo de quienes lo servimos. Ninguno de nosotros estuvimos en los días de Moisés ni vimos las plagas del Señor caer sobre el reino del Nilo, tampoco vimos la hora en que Josué detuvo el sol sobre su curso o el estrépito de las trompetas destruyendo los muros de la ciudad de las palmeras, de igual modo, no hay forma de saber sino por la pura obra de la fe el futuro día de la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, en carne y hueso, tal como la primera ocasión en que estuvo sobre la tierra de Galilea o Capernaúm, tal como cuando se les apareció, estando las puertas cerradas, a sus discípulos una vez que resucitó e incluso comió pescado con ellos ante sus ojos asombrados.

La Santa Biblia es el regalo perpetuo y perfecto de Dios Padre para nosotros, allí están las cartas de esperanza para los que han perdido su rumbo, el pan necesario para el alma del hambriento de paz y de justicia en este mundo, la mano de detiene el mal y al maligno sobre nuestros caminos y la certeza de una salvación dispuesta con claridad para todo aquel que quiera encontrarla, y la persiga.

El Gran Maestro de la creación nos ha dado todo en SU PALABRA para que le conozcamos, lo busquemos, lo amemos, le preguntemos los aspectos más sencillos o los más genuinamente complejos donde su carácter de Padre amoroso y preocupado se muestra en toda verdad y bondad por cada uno de sus hijos. Jesús mismo desea que leas la Biblia:

“Escudriñad las Escrituras; … ellas son las que dan testimonio de mí”.


Más vale no desdeñar este regalo precioso, él desea no solo que sus hijos lo conozcan y reconozcan sino que también sean parte intrínseca de toda su obra maravillosa. Dios desea que cada uno de nosotros sepamos bien el gran valor que tenemos ante sus ojos, el plan que ha diseñado para la vida eterna futura prometida a los que con todo su corazón le buscan, y la autoridad a la que estamos destinados si no nos apartamos de sus caminos.
Así como Beethoven quiso que una tierna muchachita pudiera tocar una melodía compuesta por él y por el amor con que lo hizo para ella, del mismo modo nuestro Padre celestial desea compartir con nosotros maravillosas cosas que nos tiene preparadas si también lo amamos y anhelamos conocer de igual forma, sus promesas son innumerables y grandiosas, la Biblia está llena de ellas:


“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. 
Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. 
Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. 
Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas. 
Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar. 
Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir. 
Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti. 
Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.” -Dt. 28.1-8 


“Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. 
Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. 
Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego.
Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.” 
-Dn. 3.24-27


“Antes bien, como está escrito: 
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
 ni han subido en corazón de hombre, 
son las que Dios ha preparado para los que le aman.” -1Co. 2.9

“Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo (Jesús) a los que quiere da vida.” -Jn. 5.21 


“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo (Jesús), y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.” -Jn. 6.40 


“Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 
Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.” 
-Jn. 8.10 -11 

Nunca olvides este regalo precioso: la Santa Biblia.
(Escudriñad las Escrituras; … )



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-Alvaro

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