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28/11/11
Gracias, Señor, por la alfombra de hierba suave
Que pisa mi pie;
Por la miel de la abeja y el canto del ave;
Por todas las cosas
Bellas y armoniosas
Que escucha mi oído y mi ojo ve;
Por la espiga y el fruto y la flor;
¡Gracias, Señor!
Gracias, Señor, por el puro azul de los cielos;
Por el agua clara
De la fuentes límpidas y los arroyuelos;
Por el buen reposo
Que el árbol frondoso
Bajo su ramaje verde me depara;
Por el aire y la luz y el color:
¡Gracias, Señor!
Por la fuente que mana en el pecho mío
De esta gratitud
Hacia ti; por el pan, la salud
Que me prodigaste,
Por los padres y amigos que me deparaste,
Por la vida, el gozo, el amor:
-“¡Gracias, Señor!”, María Luz
………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. -Fil. 4.6-7
“Depositen
en El toda ansiedad, porque El cuida de ustedes”. -1Pedro 5.7
“No
os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque
los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que
tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mas
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas.
Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. -. Mt 6.31-34
Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. -. Mt 6.31-34
Nunca debemos olvidar que ya el Señor sabe las necesidades que
tenemos aún antes que nosotros se lo pidamos en nuestras oraciones,
“porque él cuida de [nosotros]” (paráfrasis añadido), en este punto no deja
de ser muy interesante que mencione la preocupación que como seres humanos
tenemos por las necesidades más elementales de: “…¿Qué comeremos, o qué
beberemos, o qué vestiremos?”; interesante porque el contenido de esta
promesa en especial entraña cubrir las necesidades más sencillas y elementales
pero también aquellas, ¡y con mayor razón todavía!, más grandes que tengamos
entre nuestros profundos sueños y esperanzas propias, no las del vecino, no las
de tu jefe en la oficina, tampoco las de quien te vende el periódico cada
mañana, sino, y entiéndelo bien: ¡¡¡Las tuyas!!!
Comprendiendo bien este particular principio de que él cuida de [todas
nuestras necesidades, de las más simples hasta las más grandiosas…], quiero
hacerles detenerse un poco en detalles que cada versículo encierra de los que
les comparto en este mensaje.
1). Del primer versículo, PRIMER SECRETO:
“Por
nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios
en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa
todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús”.
a.- A nuestro Padre Celestial le encanta que le contemos nuestras
necesidades y nuestros sueños, imagina solamente que él es un Padre Amoroso
(que lo És!...) que sabe de antemano todo lo que tu corazón encierra, y sin
embargo él anhela oírlo de tu boca (y con todo tu agradecimiento de antemano
“sabiendo ciertamente” que él hará lo que le pidas), se entera [entonces], por
ejemplo, por tus propios labios que quisieras comer algo de jamón en el
sándwich de la mañana y al tú ir al refrigerador allí lo encuentras, o, si tu
sueño más profundo fuera poder ir y conocer alguna vez a Australia, llegado el
día (quizá después de algunos años) alguien que conociste por casualidad te
lleva allá e incluso a “su propia casa”. Nada es imposible para Dios, pero si
no tienes fe nunca sucederá nada de semejantes cosas.
b.- La promesa como consecuencia de “su Paz en nuestras vidas” es
instantánea, no tienes que pedírsela si ya cumples con el anterior punto, si
“todo lo dejas en sus manos” él hará (ya verás que sí!) el resto. Todo afán y
ansiedad quitan la paz, no te permitas ese lujo.
2). Del segundo y tercer versículo, SEGUNDO SECRETO:
“Depositen
en El toda ansiedad, porque El cuida de ustedes”.
“Así
que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su
afán. Basta a cada día su propio mal”.
¿Has visto a una mujer haciendo las compras en el mercado?, compra un
quintal de papas además de lo que necesita entre dos fundas grandes que va
llevando a la mano, ¿quién crees tú que carga el quintal hasta su auto?... no
hace falta mucho ingenio para adivinarlo: lo carga un Señor que le sirve de
“montacargas” y ella no mueve un dedo para trasladarlo. De la misma manera
actúa nuestro Dios para con nosotros, él espera que carguemos con lo que
podamos en nuestro trabajo diario pues recuerda bien que el Señor creó al
hombre en el huerto de Edén “para labrar la tierra” (Gén. 2.8), desde el
inicio nos hizo para que nos dedicáramos a algo y no andar de ociosos. Sin
embargo él sabe conociendo nuestra débil y fluctuante naturaleza que “no
podríamos con todo” y allí añade también lo del versículo siguiente: “…porque
el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”.
Dejemos por tanto no solo nuestras necesidades y sueños en sus manos
sino también nuestro trabajo diario, el día a día, el ir al banco antes de la
oficina, el correr a pagar el agua, el buscar solucionar algo… cada cual a los
suyo pero dejando toda ansiedad en sus manos “…porque Él cuida de
[nosotros]”.
3). Tercer versículo, TERCER SECRETO:
“Porque
los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que
tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mas
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas”.
Como explicaba al inicio él sabe qué necesidades tenemos y se complace
en cubrirlas siempre tal como un padre ama a sus hijos y los cuida en todo, sin
embargo hay una condición importante de PRIMERO buscar su reino, su justicia,
su verdad, su palabra en un momento de lectura o por las noches o por la
mañana, el tiempo que le dedicas a Él por tanto es muy importante. ¿Necesitas
crecer económicamente? No está mal desearlo pero antes busca a Dios cada mañana
en tus oraciones y en leer su palabra; aunque algunos no somos buenos quizá
para madrugar, entonces, ¿qué tal por las noches? cuando ya todas las cosas se
han hecho y estás por acostarte cansado… En ello incluso la Biblia añade aún
algo precioso: “orad sin cesar” (1Tes. 5.17). Significa simplemente que
(a más de tus oraciones normales) si entras a la tienda pides en tu mente que
el Señor te guíe a lo que andas buscando, si tienes que cambiar de improviso
algo mientras trabajas enseguida le pides en tu corazón que te ayude a
lograrlo, y cuando compres papas en el mercado deja que te guíe a las mejores
que hayan traído y por qué no, “las más grandecitas y más baratas”.
Finalmente entonces, deja por tanto todos tus “afanes” en sus manos:
1) Tus necesidades.
2) Tus más profundos sueños y esperanzas.
3) Tu día a día sea cual fuera.
4) Deja que él cargue “tus cosas pesadas”.
5) Y aprende a buscarlo a Él en primer lugar y antes que a nada.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
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