Rima XXX

55
20/06/11 15:45


"Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?"

-Gustavo Adolfo Bécquer





………………………………….La Biblia dice:……………………………………
"Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas."  -Mr. 11.22-26



Si algo tenemos de difícil para poder hacer es precisamente el perdonar a quienes nos hayan lastimado en alguna forma, como hombres y en lo natural no podemos hacerlo muy fácilmente que digamos y por lo general nos cuesta cumplir con este requisito a fin de que Dios pueda contestar nuestras oraciones. Sin embargo debemos comprender cuan fiel es el Señor que él NUNCA se contardecirá con la Palabra que él HA DADO; cuando nos da un mandamiento, enseguida y "añadido" a este nos da siempre alguna de sus bendiciones. Dios siempre actúa de esa forma pues aún cuando envía algún mal a los hombres (o permite que algo malo pase en la tierra: "“yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto" -Is. 4.7), aún entonces el Señor manda sus advertencias primero antes de permitir que algo malo nos pase o seamos sometidos a alguna prueba; pero triste es darnos cuenta que no sean contestadas nuestras oraciones porque no hemos perdonado a alguna persona.

Preferible que no conteste en lo que le pidamos a causa de alguna prueba que él permita en nuestras vidas, y no porque tenemos algo contra alguien y "seguimos dándonos por desentendidos"; mas vale que nos examinemos a nosotros mismos ante de volver a arrodillarnos en nuestras oraciones y veamos si acaso también hay todavía algún residuo de amargura, algo que no hemos solucionado del todo e impide la buena comunicación con nuestros semejantes en alguna forma, pues con amargura no somos ya capaces de volver a dar la mano abierta y francamente, tampoco podemos compartir quizá la misma mesa ni la misma comida y lo pensamos dos veces antes de aceptar invitación alguna sobretodo si viene de gente que no conocemos.

Perdonar es imperativo para que Dios nos escuche, perdonar no es una opción o favor que le "hacemos al Señor" ni mucho menos, él sabe, porque nos hizo, que un corazón lleno de lodo y piedras no puede llenarse si primero no arroja todo eso en el olvido en que él mismo olvida todas nuestras faltas, pecados e incredulidades, sin que otra vez vuelva a reprocharnos por eso. Si Dios nos perdona también nosotros debemos perdonar a quien sea que nos hubiera hecho algún daño.


Y para disfrutar de "su paz" no hay otra forma:

¡perdonar es amar!





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