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16/01/09 08:34
Esta noche mi joven esposa y yo vamos a jugar al juego de la muerte.
La noche es oscura, el cielo está lleno de nubes fantásticas y deliran las olas del mar.
Hemos abandonado nuestro refugio de ensueños, y abriendo la gran puerta hemos salido, mi joven esposa y yo.
Nos hemos sentado en el columpio, y el viento tempestuoso nos ha empujado con violencia por la espalda.
Mi joven esposa se levanta bruscamente, aterrorizada y hechizada a la vez, y se aprieta temblando contra mi pecho.
Durante mucho tiempo le hice tiernamente la corte.
Le preparé un lecho de flores y cerré las puertas para que la luz demasiado viva no hiriera sus ojos.
La besaba dulcemente en los labios y le susurraba dulces palabras; ella desfallecía, lánguidamente.
Se hallaba perdida en la neblina de una inmensa y vaga dulzura.
No respondía a la presión de mis manos, y mis canciones no podían despertarla.
Esta noche hemos oído la llamada de la tempestad, la llamada de los elementos salvajes.
Mi joven esposa se ha estremecido y, levantándose, me ha cogido de la mano.
Su cabellera flota al viento, su velo ondea y su guirnalda tiembla sobre mi pecho.
El empujón de la muerte la ha devuelto a la vida.
Y estamos cara a cara y corazón a corazón, mi esposa y yo.
-“El jardinero”, Rabindranath Tagore
………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“Hablando ella a José cada día, y no escuchándola
él para acostarse al lado de ella, para estar con ella, aconteció que entró él
un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y
ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en
las manos de ella, y huyó y salió.” -Gn. 39.10-12
Los hombres han olvidado los poemas, quiero
decir, aquellos poemas que tenían significado, una clara dirección y sentido; y
los poetas de hoy solo desparraman hojalatas, basura mediática e incongruentes
designios sobre calles “grafiteadas”, y llenas de cirios.
Por luchar contra el cisne (“tuércele el cuello
al cisne…” ¿lo recuerdan?) cayeron en la cloaca de las ciudades pensando allí
encontrar el mejor de los vinos. Un poema de hoy dice tan poco de aquello de lo
que antes decían y casi siempre, no siempre, solo un erotismo mal desdibujado
le da algo de crédito a su metamorfoseada fosforescencia. Han llenado de luces
de neón lo que antes era el día pleno, de sexo sin tapujos lo que antes era un
don de una pareja a la luz de una sencilla vela, de soga umbilical lo que antes
fue una naturaleza que se renueva, de palabras por palabras lo que antes fue
palabra y sonido e imagen formando una misma enramada… los hombres han
olvidado el olor de la más simple de las mañanas.
La poesía solo refleja la continua pérdida de
valores morales de nuestro tiempo donde cualquiera puede ver, ser partícipe
voluntario y aceptar que se dé muerte a otro de nuestros semejantes, el
conflicto israelí-palestino solo refleja una parte de todo esto. Si bien nada
justifica una guerra, tampoco nadie puede juzgar dicha guerra cuando esta ha
sido continuamente provocada y llega a darse por la necesidad de todo un pueblo
de defenderse.
Mas, sin ir más lejos, ¿qué de nuestros hogares?
Cuando nos permitimos el lujo de ver una película de Jackie Chan o Silvester
Stallone o Jodie Foster (solo por mencionar unos pocos) llena de muerte,
destrucción y violencia ¿no nos convertimos también en partícipes de esas
guerras? La Biblia es muy clara con respecto a esto:
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues
todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” -Ga. 6.7
Hoy podemos ver en la intimidad de nuestros
hogares cómo el “héroe o la heroína” de una película da muerte a “un villano”
sintiéndonos plenamente complacidos por ello, y es más, si con mayor grado de
crueldad y de venganza le da muerte más lo disfrutamos, aprobamos que lo haga y
aplaudimos; sin sentir asquedad alguna, sin remordimiento alguno, sin que el
ver sangre derramada nos afecte en lo más mínimo, y nuestros hijos ven eso a
diario, se llenan de eso, se satisfacen de eso, tanto así que los mejores logros
del cine y los que son premiados nada tienen que ver con la bondad o la
humildad, peor aún el amor entre dos personas de sexo opuesto y dentro del
matrimonio, o con la alegría de vivir (no de matar) ni con la sencillez de una
acto desinteresado y sin murmuraciones ni prejuicios.
¿Cómo podemos seguir siendo hipócritas y
quejarnos de la delincuencia que existe afuera si, al mismo tiempo, nos
permitimos ver todo tipo de violencia dentro de nuestras casas?...
Resulta increíble que Platón, hace ya cinco milenios atrás, supiera lo que
nosotros aún no entendemos: el teatro (no había cine, ¿cierto?) debe
servir para dar buenos valores morales a los espectadores, entonces crearemos
una sociedad más noble y humana (no recuerdo las palabras correctas, mil
disculpas por ello). Pero nosotros insistimos en llenarnos de sexo
desenfrenado y de violencia: cuando los protagonistas se acuestan en la primera
ocasión que tienen nuestros hijos también entienden que la sexualidad no es
algo tan valioso ni tan importante, cuando los protagonistas devuelven con
venganza el daño que les hubieran hecho nuestros hijos también entienden que la
vida humana tampoco es tan importante, y que la venganza y la crueldad son
“buenas” apropiándose del argumento adecuado; cuando los protagonistas roban
millones de dólares en una trama bien calculada entonces tampoco el apropiarse
de lo ajeno resulta en verdad tan malo; y sus propias vidas, infantiles o
adolescentes, que se están formando adquieren tan poca estima… y luego una
sociedad hipócrita dice no entender por qué ¡se suicidan tantos!…
Por cierto que Dios tampoco aprueba el divorcio
como tan a la ligera lo han tomado en nuestro tiempo, y es tan común de ver
sobretodo en la telenovelas, donde el protagonista supuestamente se casa con
quien no le convenía (la típica "mujer mala" de la obra) y en el
argumento final debe terminar por volver a casarse, esta vez, con la protagonista
(la supuesta "buena mujer") dándose el adulterio que, por cierto no
lo mencionan:
“Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él
aborrece el repudio (divorcio), y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo
Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis
desleales.” -Mal. 2.16
Y de todos estos hombres y mujeres que hacen
violencia y se casan y se divorcian a cada rato ya profetizó la Biblia cuando
nos dice:
“Como fue en los días de Noé, así también será en
los días del Hijo del Hombre (cuando vuelva nuestro Señor Jesucristo). Comían,
bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en
el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.” -Lc. 17.26
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.” -2Ti. 3.1-5
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.” -2Ti. 3.1-5
Marc Anthony abandonó a la mujer con la que se
casó y se volvió a casar con Jennifer López para volver a divorciarse de ella (…y
no seáis desleales; …se casaban y se daban en casamiento,…); Elton John y David
Furnish contrajeron matrimonio homosexual, una abominación ante Dios Padre (…se
casaban y se daban en casamiento,…); en la novela “Carita de Angel”, la niña
protagonista desobedece no solo a sus padres frontalmente sino también a todas
sus superioras, e incluso en ocasiones no escucha el consejo sabio de otros
personajes (…desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto
natural…); Chuck Norris trata como Ranger de Texas con la misma o peor
violencia con la que los criminales tratan a sus víctimas en la serie, e
incluso menciona y “agradece a Dios” en algunas escenas (…tendrán
apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella…); “Terminator”,
“Rambo”, “Duro de Matar”, son solo otros ejemplos de películas y actores "
...amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes
a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de
piedad, pero negarán la eficacia de ella; ..." y “Tomb Raider” quizá raya
en el colmo de la “hipocresía hollywoodense” haciendo de su protagonista:
Angelina Jolie, Embajadora de buena voluntad de las Naciones Unidas.
¿Cómo puede alguien tener sin reparos “dos caras”?: violencia en todas
sus obras, paz y buena voluntad ante los noticieros…
El consejo que nos da la palabra de Dios es
sencillo: ¡apartarse!
“…a éstos evita.”
No se quede allí donde sangre se derrama sin
temor alguno de nuestro Dios, donde escenas de sexo extramarital (explícito o
no) se promueven ante quienes no conocen la santidad y el mandato del
matrimonio, donde se habla de todo bien pero con sus actos se niega todo lo que
han dicho, donde el robo se justifica tanto como la violencia y la venganza (típico
argumento donde el amigo, la esposa, un hijo, una “amante” del héroe es o son
muertos por el “malo” de la obra). Simplemente no se quede allí tal como José
no se quedó en la recámara de la mujer de su amo ante las pretensiones de ella,
el mundo no puede atrapar en sus negros lazos a quien no alcanza, no se
quede a su nivel pues si usted es un Hijo de Dios, él ya lo tiene reservado en
los cielos y cerca de su trono. Nunca se rebaje al nivel del suelo donde están
quienes aprueban, practican o son parte de todas estas cosas:
“Juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos
hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,…” -Ef. 2.5-6
“…Entonces él dejó su ropa en las manos de ella,
y huyó y salió.” -Gn. 39.10-12
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