El amor de Dios

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18/12/08 08:35



“No puedo olvidar
que no tengo alas,
que no tengo mar,
vereda sin nada
con que irte a besar”.

       -Miguel Hernández



“Me dices que no te vea
para que olvide tu amor…
¡Ay! Los que pierden la vista
solo piensan en el sol”.

       -Pedro A. de Alarcón



“Todo lo espero…
ser árbol, ser fuente,
ser loca, ser aire.

Todo lo espero…
una noche sin día,
una muerte sin nadie.
¡Todo lo espero
menos olvidarte!”

       -Gloria Fuertes



“Yo seré a tu lado silencio, silencio,
perfume, perfume, no sabré pensar,
no tendré palabras, no tendré deseos,
¡solo sabré amar!”

       -Alfonsina Storni



“He encontrado el secreto de amarte siempre por primera vez”. 
       -André Breton





………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.” 
- 1 Tes. 3.12-13

“…Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;… “ 

-1 Tes. 4.9





Existe la evidencia externa del crecimiento espiritual de una persona cuando ha aceptado la salvación bíblica que Dios extiende, por boca de sus profetas, a todos los hombres. Estas son rocas que poco a poco van formando el carácter y la identidad plena en Cristo que requerimos llegar a obtener en esta vida y, a veces, muchos golpes de un seco martillo sobre el yunque de nuestros temores son necesarios; nuestro Creador lo sabe aún mejor que nosotros mismos.
“Todo lo espero…
ser árbol, ser fuente,
ser loca, ser aire…”


En ocasiones son repentinos: una muerte inesperada de alguien que amamos mucho, quizá la destrucción de unas prometedoras cosechas, a lo mejor el robo de nuestros ahorros y por lo mismo, de un sustento a futuro. En otras circunstancias quizá los golpes serán más suaves. ¡Pero no dejarán de ser unos buenos golpes! La Biblia dice que porque Dios nos ama entrañablemente él mismo envía estas cosas de modo de formar mejor nuestro carácter y la confianza que debemos alimentar día con día y sólo en él, en su amor eterno y armónico, aunque en medio del dolor que experimentemos no lo parezca.
“No puedo olvidar
que no tengo alas,
que no tengo mar,…”


Personalmente, y por todo lo que he vivido en carne propia, aun no comprendo cómo puede Dios amarme y, con el paso del tiempo he encontrado el verdadero sentido en todo esto: ¡ya NO trato de hacerlo!
“¡Ay! Los que pierden la vista
solo piensan en el sol…”


Entiéndase esto, es simple, aunque a mí me ha tomado un poco más de 10 años el querer comprenderlo: ¡ya NO trato de hacerlo! Y por cierto que tampoco se trata de merecerlo o no. Todo el secreto reside en el solo hecho de ACEPTARLO. Aceptar o no su amor, eso es todo.
“Yo seré a tu lado silencio, silencio,
perfume, perfume, no sabré pensar,…”



“Tu, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía SIEMPRE.”
-Oseas 12.6

Mas Dios muestra su AMOR para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió POR NOSOTROS.” - Romanos 5.
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Su amor es incondicional si lo aceptas, lo es si lo buscas, lo vives si hasta lo sueñas. Pero es necesaria la comprensión plena de lo que esto entraña para tu vida. Muchos llegan al cristianismo por pura emoción y no por convicción, o, aún peor, por desconocimiento del Dios al que imploran.

Del mismo modo que el poeta escribe sus versos y conoce, ¡en cada parte de sus entrañas!, lo que va dejando en sus versos como unas olas, así también el que se acerca a Cristo conocerá y se afirmará y hasta llegará a hablar de él cada vez que pueda. Su amor viene de la raíz misma de la creación, él hizo este precioso mundo para nosotros, cada pequeña y menuda gota de lluvia en el rostro habla de su líquida misericordia celestial con la que nos guía y cuida, o hasta reprende, y hasta protege.




“He encontrado el secreto de amarte siempre, (Oh Dios!, siempre) por primera vez…”




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