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15/10/08 12:32
Yo no soy yo.
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.
-“Poesía pura”, Juan Ramón Jiménez
………………………………….La Biblia dice:……………………………………
“... por medio de las cuales nos ha dado
preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser
participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay
en el mundo a causa de la concupiscencia,... “ - 2Pe. 1.4
El Señor nos cambia poco a poco, gradualmente, de
la imagen que hemos adquirido en el mundo a lo largo de nuestro paso por la
vida, a la imagen final perfecta de Dios, como fue el plan original en el día
sexto de la creación.
El no nos ha prometido que no tendremos
dificultades, antes bien se vale de las tormentas de la vida para lograr esa
perfección y, a fin de cuentas, es la meta suprema al llamado de su Hijo lo que
verdaderamente importa. Jesús ya lo dio todo por nosotros en la cruz y él
espera pacientemente que lo invitemos en cada espacio de nuestros triunfos,
sueños, preocupaciones, esperanzas; allí donde nuestro corazón pone su esfuerzo
diario y su propia búsqueda de tesoros, aquellos que para cada quien son los
más anhelados y caros.
El hombre fue hecho el día de su creación “a
imagen de Dios”, y él espera lograr eso en cada uno de nosotros cuando de
todo corazón lo buscamos. No existe el cristianismo sin cambios, como no existe
el día de sol sin que se haya esfumado por completo la tormenta primero.
¿Quieres saber cuán firme estás con el Señor? Solo mira hacia atrás un ligero
instante y observa cuántos cambios han habido en tu vida y en tu caminar
cristiano, en la misma medida verás también cuan bien o mal has sabido
acercarte a Dios para que él te perfeccione en Jesús, lo cual es el anhelo suyo
mas preciado para con cada uno de sus hijos.
Personalmente, estoy conciente que me falta mucho
camino y trajinar, conocerlo es lo mejor que he podido encontrar y el saber que
él me ama, aunque en verdad no entiendo por qué, sin falta de modestia al
decirlo, pero es la verdad.
Solo pregúntate si como la poesía con que empecé
esta meditación existe ese... “que quedará en pie cuando yo muera.” Esto
es, quedará de ti, al morir, la MEJOR imagen de Cristo que puedas anhelar?...
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